Con la conquista de la Copa del Rey en Barcelona en su primera temporada a las riendas del Real Madrid, Pablo Laso ha pasado a formar parte del selecto club de ex jugadores de baloncesto cuyo palmarés refleja un título copero vistiendo de corto y otro dirigiendo desde el banquillo. De este modo, Laso, miembro activo de la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid, se suma a un grupo que hasta el sábado sólo contaba con tres integrantes: Velimir Perasovic, Clifford Luyk y Lolo Sáinz, el primero con el Tau Vitoria y los dos últimos en las filas del club blanco. Le preguntamos a Pablo por el título y por sus sensaciones desde su llegada al club el pasado mes de junio.

A la apuesta realizada por el Real Madrid el pasado verano con la contratación de un técnico joven y sin títulos en la maleta, Pablo Laso respondió con la suya propia: imprimir a su plantilla el sello de un baloncesto atrevido, rápido y sin complejos. Con este planteamiento, ocho meses después, el ex director de juego ha llevado de nuevo a las vitrinas del club la Copa del Rey, un torneo que se había resistido a los de Chamartín durante la friolera de 19 años, un trofeo conquistado, a mayor gloria del vitoriano, en el feudo del eterno rival.

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Para Pablo Laso, cuyo título copero como jugador -y además MVP del torneo- se remonta a la temporada 1994-95, mientras militaba en las filas del Taugrés Baskonia, el apoyo que ha recibido desde el club y por parte de la asociación de veteranos a lo largo de estos meses ha jugado un papel importante a la hora de perseguir sus objetivos hasta la fecha: “es una sensación de apoyo que he tenido clara desde el primer día y sin la que me hubiera sentido huérfano. Cuando un club es grande, eso hace que todo lo que sucede implique a mucha gente. Un club no es grande sólo por el nombre, lo es por las personas. Creo que nosotros, como veteranos, formamos parte de la historia de un gran club; jugadores que han pasado sus filas, que han vestido esta camiseta, que sienten sus colores y que saben lo que significa llevar el escudo. Es ésa sensación de club la que nos hace fuertes a los ex jugadores, al primer equipo o al chaval que se pone por primera vez la camiseta del club para jugar un partido de infantiles. Para mí, ganar la copa es motivo de alegría, no sólo por los chicos, sino porque es algo que compartimos todos”, señala Laso.

El técnico también destaca las muestras de cariño enviadas por sus compañeros de la asociación, “me han llamado y mandado muchos mensajes de enhorabuena; agradezco mucho saber que están ahí, que sufren cuando perdemos y que disfrutan cuando ganamos” y define la invitación extendida desde el club a la asociación para participar en los actos de celebración institucionales como “una seña de identidad del club. El  título es un premio para que lo festejemos todos, no sólo nosotros o Sergio Lllull, que ha sido el MVP, sino todos los que son y han sido parte de este club, que sienten este triunfo como suyo, porque realmente lo es”, concluye el vitoriano.

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