Carlos_Sevillano_2Este jueves se cumplen 48 años desde que el Real Madrid consiguiera conquistar su primera Copa de Europa ante el Spartak de Brno checo por 84-64 en el Frontón Fiesta Alegre de Madrid. Hablamos con Carlos Sevillano, uno de los integrantes y capitán del mítico equipo, sobre aquella gesta con la que el club blanco logró colocar su primer trofeo de campeón continental en sus vitrinas.

 

 

El 10 de mayo de 1964, el Real Madrid derrotaba al Spartak de Brno en un abarrotado Frontón Fiesta Alegre por 84-64, en el segundo partido de la final de la Copa de Europa, jugado en una serie a dos partidos. En el primer encuentro, los de Joaquín Hernández cayeron ante el conjunto checo por 110 a 99, viéndose obligados a remontar en el partido de vuelta en Madrid. Para el  equipo español, ganar el título se había convertido en una obsesión tras dos intentos fallidos como finalista en las dos ediciones anteriores del campeonato, claramente dominado por los equipos del otro lado del telón de acero.

 

Con la misión de darle la vuelta a la serie, los blancos jugaron un gran encuentro para sellar su primer título de campeones de Europa con una actuación estelar de Emiliano Rodríguez, autor de 28 puntos, y de Clifford Luyk, que anotó 25 tantos.

 

Carlos_SevillanoPara Carlos Sevillano, una leyenda de la sección de baloncesto del Real Madrid y miembro de su Asociación de Jugadores de Baloncesto, en cuyo palmarés figura la friolera de cuatro Copas de Europa y nueve Ligas entre otros muchos títulos, aquella victoria tiene un lugar especial en su memoria porque “siempre me acuerdo más y le guardo más cariño a la primera. Tengo mucho aprecio a esta Copa, aunque también de la segunda, en la que ganamos al CSKA de Moscú, ya que en la de 1964 no jugaron equipos soviéticos”. Y es que, por extraño que parezca, en la década de los 60 la Unión Soviética no disputaba competiciones continentales en año olímpico, y en 1964 tuvieron lugar los J.J.O.O  de Tokio. “Fue lo único que nos pesó, el hecho de que no jugaran los rusos”, explica Sevillano.

 

Sobre la final, el alero madrileño lo tiene claro “en el Frontón Fiesta Alegre no nos ganaba nadie. Hubo un gran ambiente. Allí cabían unas 400 personas, y lo cierto es que la gran mayoría de los asientos estaban reservados para los compromisos de Raimundo Saporta y Santiago Bernabéu, porque era la primera vez que teníamos una final de Copa de Europa en Madrid, y además ante equipos del telón de acero, que no venían a jugar a España”, afirma Sevillano, que destaca la filosofía de juego tan distinta con la que se jugaba en su etapa como jugador. Nada de rotaciones, “en nuestro equipo jugábamos sobre todo cinco jugadores: Luyk, Burgess, Emiliano, Sáinz y yo, y es que en aquella época la táctica era que los cinco jugadores titulares jugarán todo el partido. Si tenías tres personales, a lo mejor te cambiaban un rato, pero en general aguantábamos todo el partido. Jugamos muy bien, teníamos que remontar y no les dimos ninguna opción en casa”.

 

Por último, sobre el ansiado título, Sevillano, capitán del equipo y encargado de recibir el trofeo, evoca lo importante que fue para el club. “Fue algo muy grande y esperado. Estábamos contentísimos. Recuerdo que Bernabéu bajó a la cancha para hacerse fotos con nosotros. Se recibió al equipo en el Ayuntamiento por primera vez, recuerdo que el alcalde de Madrid era Carlos Arias Navarro. Recibimos homenajes por todos los lados. Fue muy especial, sobre todo porque fuimos el primer equipo en ganar que no era de más allá del telón de acero. Aquellos equipos eran muy fuertes, tenían jugadores como Janis Krumins, un pívot enorme de 2,20m. Ahora se piensa que en aquellos tiempos no había jugadores de ese tamaño, pero sí había jugadores enormes”.

 

 

 

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FOTOS: REAL MADRID

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