Un total de 21 títulos resumen los 10 años que jugó en el Real Madrid. Vicente Ramos, salmantino de nacimiento (Ciudad Rodrigo, 1947) no duda en calificar la labor que realiza la Asociación de Jugadores del Real Madrid de Baloncesto como “una actividad formidable”, -explica-, “gracias a ella seguimos siendo un grupo muy unido dentro y fuera del campo”.
Han pasado tres décadas desde que Vicente Ramos dejara el mundo del baloncesto. Sin embargo, su afición por el deporte de la canasta no ha mermado un ápice. “Siempre me gustó este deporte. Ingresé en el Real Madrid en 1968, pero ya había jugado cuatro ligas (64-68) en el Estudiantes. Mi hermano mayor, José Ramón, era jugador del Madrid y eso me permitió conocer a mucha gente del mundo del deporte antes de ingresar en el Real Madrid. Fue un cambio muy importante a nivel competitivo ya que a finales de mi primera temporada había jugado mi primera Copa de Europa”.
Foto histórica
Durante su temporada en el Real Madrid, Ramos protagonizó una de las instantáneas más famosas del baloncesto. La imagen, captada por la cámara de Jacinto Maillo, fotógrafo de la Agencia EFE, captaba al jugador del Real Madrid tirándose en plancha para robar el balón a un jugador del Tus 04 Leverkusen. “Cuando el base alemán botaba, le toqué el balón por detrás y me lancé a por él”, cuenta Ramos. “Le robé el balón y se lo pasé a Clifford Luyk, que había visto la acción, vino corriendo hacía mí, se la pasé y machacó el balón. Aquello fue espectacular, el pabellón vibraba”. Pincha en este enlace para conocer la historia de aquella imagen.
El compañerismo es algo muy importante para Vicente Ramos, que sigue manteniendo una buena amistad con sus compañeros de generación. “La asociación nos ha permitido seguir haciendo lo que más nos gusta, que es jugar al baloncesto. Pero no sólo mantengo la amistad con la gente del Real Madrid, también con jugadores de otros equipos y entornos. Afortunadamente me llevó muy bien con los que antes eran mis contrarios”.
Cuando habla de sus compañeros Carmelo Cabrera y Juan Antonio Corbalán, se le escapa una sonrisa: “Éramos y seguimos siendo grandes amigos a pesar de ser rivales por un solo puesto. Siempre nos hemos llevado bien, ya que los entrenadores alternaron las diferentes características del juego de cada uno, de forma, que tanto en el equipo como en la selección compartíamos el puesto y el tiempo de juego”.
Sin embargo, le es difícil nombrar a los mejores jugadores de su generación, aunque destaca a Luyk y Brabender “porque ellos aportaron un gran nivel al equipo y a la selección española. Su ingreso nos permitió dar un salto cualitativo importante”.
Un baloncesto diferente
Ramos reconoce que en su tiempo, la disciplina del club era mucho más estricta. “Ahora los jugadores tienen más libertad”, comenta Ramos. “Las estructuras se mantenían durante años, y la situación era más estable, ahora cambian continuamente los presidentes, los grupos de directivos… Además, el baloncesto que yo conocía ha cambiado mucho respecto al que ahora se practica. Hoy en día es mucho más rápido, más físico y se consiente mucho más en defensas, lo que impide a los grandes anotadores conseguir ventajas con sus acciones. Eso no me gusta. Tampoco que el que viola la norma y comete falta se vea beneficiado por ello. Prefiero que esté penalizada la defensa”.
Después de su retirada como jugador en 1978, Vicente Ramos entrenó durante 2 años al Imperio de Segovia. “Empezamos en tercera división y conseguimos llegar a segunda”, explica orgulloso. “Sin embargo, como decía Saporta, había que tener una segunda vía, es decir, una carrera. Por eso me licencié en Ciencias Químicas a la vez que hice mi carrera deportiva”.
Gracias a sus estudios, Vicente empezó a trabajar en la compañía sueca ‘Tetrapak’. “Empecé trabajando en el departamento de calidad, después fui jefe de ese departamento, luego de producción, más tarde subdirector de la fábrica, gerente de compras… Todo ellos en 26 años, que me desligaron en parte del baloncesto”.
Desde 2006, Vicente Ramos está jubilado y dedica su tiempo a la pesca, a su familia y al baloncesto. “Realmente nunca perdí el contacto gracias a los partidos de la asociación, de la que fui vicepresidente durante varias legislaturas. Me gustaría invitar a todos los ex jugadores que lean esto a participar en los encuentros que tenemos a lo largo del año y a compartir con nosotros las reuniones, cenas o charlas que organiza nuestra asociación”.