Reproducción de la entrevista con Joe Arlauckas y José Miguel Antúnez publicada por el periódico ABC con motivo de la participación del Real Madrid este fin de semana en la Final Four de Barcelona.
Han pasado quince años de aquel trago amargo de París, pero Antúnez y Arlauckas siguen manteniendo la muñeca en forma. Los dos ex jugadores del Real Madrid, atienden a ABC tras disputar una pachanga con los veteranos blancos, en la que no faltan los piques. Queda claro que el gen ganador del Real Madrid sigue corriendo por sus venas, algo que echan de menos en las nuevas generaciones. «Nosotros siempre nos veíamos favoritos. Cuando ganamos en Zaragoza, en 1994, teníamos claro que íbamos a ganar», dice Antúnez, y le apoya Arlauckas, felices ambos tras la clasificación del Madrid para la Final Four.
Echando la vista atrás, el base ve que la gran diferencia entre su equipo y el actual es la ausencia de un líder: «Nosotros teníamos a Sabas (Arvydas Sabonis) y el equipo estaba construido entorno a él. Jugábamos con los ojos cerrados. Cada uno sabía cuál era su trabajo, lo que tenía que hacer en cada momento, para quién tenía que jugar y cuál era su importancia en el equipo. Este Madrid todavía está buscando su juego. Tiene muchos jugadores jóvenes y debe tener paciencia. Esa es la palabra clave».
Tanto el español como el americano, coinciden en señalar a Zeljko Obradovic como el mayor obstáculo para que el Real Madrid levante la Copa de Europa en Barcelona. El técnico del Panathinaikos fue, junto a Sabonis, el gran baluarte de aquel equipo que ganó la copa en Zaragoza, y ahora se erige como el principal problema. «Poco tengo que hablar de Zeljko, los títulos hablan por él», reconoce Arlauckas, cuyos recuerdos previos al viaje a Zaragoza en 1994 encumbran al serbio. «Habíamos ido a Gerona el viernes y nos habían metido de 30. Al volver a Madrid, había preparado las cuatro sesiones más intensas de todo el año y yo pensé, “este tío es tonto. Tendrá muchas Copas de Europa, pero vamos a llegar lesionados al partido”. Luego, ante el Limoges, me di cuenta de que estábamos como motos», señala el pívot. Antúnez también recuerda los días previos: «Teníamos todo perfectamente preparado. Yo estaba convencido de que ganábamos. El rival salió derrotado. Ese tipo de partidos, Zeljko los prepara como nadie, por eso sería bueno evitarle en la final».
La debacle de París
Un año después de tocar el cielo en Zaragoza, ya sin Sabonis, les tocó paladear el sabor amargo de la derrota. «Ese fue el partido más difícil de toda mi vida», apunta Arlauckas. «Después de ir ganando por 15 puntos al Barcelona, la cagamos. No puedo decir qué nos pasó, porque no lo sé. Todavía hoy, no encuentro explicación para aquel apagón».
Antúnez, sí que encuentra al menos una de las razones de aquella derrota: «Éramos un equipo en construcción tras la marcha de Sabas. Algo como le pasa ahora al Madrid. Les falta experiencia, pero tienen calidad. Quizá no son los mejores jugadores que han pasado por el Real Madrid en los últimos años, pero han conseguido algo que los otros no consiguieron. Ahora tienen que rematar la faena en Barcelona. Deben creérselo para ganar». Palabra de campeón.