itu1De vuelta en Madrid tras disputar el IV Memorial Udi Segal en Eilat (Israel), las Leyendas Blancas hacen balance de una experiencia única fuera y dentro de las canchas. Gracias a la extraordinaria organización local y a la iniciativa de la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid, al inmejorable resultado deportivo obtenido (campeones del torneo tras derrotar al Macabbi Tel Aviv por 72-60) hay que sumarle vivencias para el recuerdo como la visita a la ciudad excavada de Petra o la posibilidad de practicar submarinismo en las aguas del Mar Rojo.

 

Ha sido casi una semana que ha logrado superar todas las expectativas de los miembros de una expedición formada por jugadores históricos de nuestro baloncesto como Juan Antonio Corbalán, Vicente Paniagua, Juan Manuel López Iturriaga, Carlos Sevillano, José Luis ‘Indio’ Díaz, Vicente Ramos, Rafa Rullán, Joe Arlauckas, Santi Abad o Mikhail Mikhailov, entre otros. Algunos de ellos acudieron al viaje con sus esposas o familiares cercanos, formando un grupo de 30 personas en el que reinó la armonía y el sentido del compañerismo en todo momento.

 

 

Delfines y vacaciones en el mar

 

El primer día en la localidad costera de Eilat, tras un largo trayecto el día anterior de cerca de 10 horas en avión con escala en el aeropuerto de Ben Gurion (Tel Aviv), puso el listón muy alto para el resto del viaje. Si por la mañana el grupo pudo visitar un observatorio de delfines y nadar con ellos en un fondo marino lleno de coral, la tarde depararía a sus integrantes un crucero en un impresionante velero por las aguas del Mar Rojo desde el que era posible vislumbrar territorio perteneciente a tres países distintos: un Egipto convulso, Jordania y Arabia Saudí. La foto de la jornada, Iturriaga aullando devorado por un enorme tiburón blanco de pega bajo la atónita mirada de una veintena de confusos turistas. El video del ataque, aquí.

 

Petra, patrimonio de la humanidad

 

tesorerLa excursión planeada a la ciudad excavada de Petra (Jordania) para el segundo día prometía ser uno de los platos fuertes del viaje y no defraudó. Pese a la bajas temperaturas y que no todos los veteranos acudían bien pertrechados para ellas, nadie podrá olvidar el largo  y sinuoso descenso del cañón y el primer atisbo visual de la Tesorería, patrimonio de la humanidad y probablemente el resto arqueológico más emblemático de una las nuevas siete maravillas del mundo, una de esas absurdas listas a las que no se encuentra demasiado sentido. A sus pies se fotografiaron todos y cada uno de los integrantes desplazados hasta allí, entre los que se encontraban leyendas del baloncesto hebreo como Miki Berkowitz o Moti Aroesti. Horas después, con los pies desechos y la retina repleta de imágenes imborrables, el autobús devolvía al grupo al hotel en Eilat, donde un nutrido número de miembros del mismo se apresuraba rumbo al spa del hotel con el objetivo de reponerse del cansancio. Conviene señalar que existe una instantánea en la que aparecen la friolera de 18 personas dentro de un jacuzzi, pero también ha de saberse que permanece oculta bajo llave por su potente contenido visual.

 

Victoria ante el Hapoel Jerusalem; el Macabbi espera en la final

 

El jueves, tercer día en Eilat, la prioridad ya era jugar la semifinal ante el Hapoel Jerusalem. Tras una relajada mañana en la playa y una temprana comida prepartido, los jugadores del Real Madrid se marchaban al pabellón mientras el cohesionado grupo de esposas asolaba, estratégicamente distribuidas, las tiendas locales. Las gafas de sol y las cremas Ahava del Mar Muerto fueron el producto más demandado. Mientras tanto, en la pista, inmediatamente antes del partido de las leyendas, el Macabbi superaba con ciertos problemas el Hapoel Eilat ante la atenta mirada de los veteranos blancos, que realizaban su primer ‘scouting’ en previsión de alcanzar la final deseada por casi todos. Y así fue. Las Leyendas Blancas superaron a los israelitas por 38-55 en un partido que siempre estuvo del lado de los españoles. Como muestra del tremendo (y sí, como en la foto, a veces infructuoso) esfuerzo exhibido, queda para la historia una épica imagen congelada de José Luis ‘Indio’ Díaz en pos de un balón a punto de perderse por la banda. Nótese el gesto heroico en semejante gasto de energía. Grande.

 

INDIO

 

Con la final en el bolsillo, y para desconectar de tantas y tantas horas de baloncesto, un pequeño destacamento de valientes se aventuró a conocer la noche autóctona en todo su esplendor. Los aspectos más llamativos de la incursión fueron la curiosa visión de un grupo de jóvenes en servicio militar con sus fusiles de asalto M-16 sobre la mesa en un bar de copas y, como única nota negativa, el hilo musical, consistente en una machacona música tecno en hebreo, que inevitablemente hacía pensar en las avanzadas tácticas de interrogación del Mossad.

 

En el desayuno del viernes se veían semblantes serios. O algún veterano había tomado algún licor típico de más la noche anterior, o con la final a primera hora de la tarde sólo se pensaba ya en derrotar al Macabbi, objetivo en el que subyacía un creciente ánimo de revancha tras caer con el archiconocido rival israelí por 126-121 en el partido celebrado en Toledo en el año 2008 y por 98-94 en el Nokia Arena de Tel Aviv en 2009, en los prolegómenos del partido que jugaron las primeras plantillas de ambos equipos correspondiente a la Euroliga.

 

Campeones del IV Memorial Udi Segal

 

Horas antes del partido, los veteranos acudieron a una recepción por parte del ayuntamiento de Eilat y efectuaron una visita al hospital Joseftal de la ciudad. Después de entregar una camiseta del Real Madrid al alcalde con su nombre, el grupo se dirigió al centro sanitario, donde fue agasajado a la entrada con una enorme tarta de chocolate con los logotipos de ambos equipos. El hospital es uno de los únicos tres de todo Israel con una cámara de descompresión, dada la constante actividad que genera el submarinismo en la zona.

 

grupo

 

Comidos y dormidos, el equipo llegaba al pabellón con apenas media hora para cambiarse y calentar. Esta rutina, conocida como “horario veterano”, casi siempre tiene resultados favorables al término de los partidos, especialmente si en las horas previas se ha celebrado una comida (paella, fabada, barbacoa…) a modo de conjura.

 

La rivalidad entre los dos equipos de veteranos es tan grande como la amistad que los une. Por su parte, el combinado de veteranos macabeo suele contar en sus filas con jugadores como Doron Jamchy, Aulcie Perry, Moti Aroesti, Willie Sims, Haim Markovitz, Moti Daniel o Tal Brody, verdaderas instituciones del baloncesto hebreo. El partido avanzó de forma relativamente sencilla para los blancos. La final se empezó a decantar del lado español en los últimos minutos de la primera mitad merced a un claro dominio en el juego interior. Tras el descanso, la superioridad fue aún mayor, con ventajas que alcanzaban los 15 puntos. Al final, 72-60 a favor del Real Madrid y un gran Joe Arlauckas elegido MVP tras anotar más de 20 puntos en ambos partidos. El jugador de Rochester está inmenso (en sentido literal y figurado).

araluckasportada

 

Con el trabajo bien hecho, tarde de relax y preparar maletas. A las cinco de la mañana del día siguiente la expedición partiría en dirección a un balneario del Mar Muerto y después a Jerusalén.

 

Del barro al Muro de las Lamentaciones

 

Al alba, ya con todos en pie, caras largas y el cansancio pasando una elevada factura. Echando furtivas cabezadas esporádicas, los pasajeros del autobús se apeaban en medio de un árido paisaje desértico para disfrutar de una nueva experiencia. Tras flotar unos minutos en una piscina de aguas termales del Mar Muerto, las Leyendas se cubrían (esta vez sólo en sentido literal) de barro con el fin de conocer sus famosos efectos terapéuticos en la piel. Para la posteridad, una imagen de los veteranos y sus acompañantes camuflados en el lodo.

 

De vuelta al bus, envueltos en un intenso olor a azufre, el grupo enfilaba la recta final del viaje: Jerusalén. Superados los primeros controles de seguridad y divididos en dos grupos tal y como exige la norma judía, hombres por un lado y mujeres por otro visitaban el Muro de las Lamentaciones. Según cuentan, algún veterano, vistiendo la obligada kipá en la cabeza, se mimetizaba a la perfección entre tanto rabino.

 

Por último, ascenso a la Iglesia del Santo Sepulcro por las intrincadas callejuelas de la ciudad vieja, cuyas cuestas formaron parte del ‘vía crucis’, con Doron Jamchy como guía de excepción. Llama la atención la devoción que sus paisanos le profesan al magnífico alero del Macabbi Tel Aviv.

 

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Despedida y cierre

 

Ya en el aeropuerto y gracias a la incalculable ayuda de Jamchy para aligerar los tediosos trámites de seguridad en el aeropuerto de Ben Gurion, el grupo se embarcaba en un vuelo de regreso a Madrid que duraría cinco horas, tiempo suficiente para revisar centenares de fotos con la convicción de haber vivido seis días irrepetibles gracias a la extraordinaria organización y hospitalidad local y al buen ambiente de un equipo de veteranos del Real Madrid en el que conviven muchas generaciones del baloncesto blanco.

 

Gracias a todos.

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