Los jugadores de las Leyendas Blancas se coronaron campeones el pasado sábado en Dubrovnik (Croacia) de la denominada ‘Final Four’ de veteranos, un prestigioso torneo disputado en formato de ‘todos contra todos’ en el que los blancos se impusieron a la Jugoplastika de Split, al Maccabi de Tel Aviv y al FC Barcelona. El evento contó con la presencia de jugadores de la talla de Toni Kukoc, Dino Radja, Doron Jamchy, Miki Berkowitz, Ferrán Martínez o Juanma López Iturriaga, entre otros.
El pabellón Gospino Polje de Dubrovnik congregó a cerca de 1500 aficionados, que pudieron disfrutar de nuevo del juego de sus ídolos nacionales, así como con el de alguno de los jugadores más destacados de Europa en las últimas décadas.
De inicio, el Real Madrid se enfrentó a la poderosa Jugoplastika de Split, que contaba en sus filas con figuras como Dusko Ivanovic, Velimir Perasovic, Toni Kukoc, Dino Radja o Zan Tabak. A pesar de medirse a semejante quinteto, el Real Madrid, guiado por un José Miguel Antúnez que imprimió un elevado ritmo al juego de sus equipo, supo contener a su rival, anfitrión del torneo, para derrotarlo por 30-14 en los dos cuartos establecidos para cada partido. Sería una victoria vital para el desenlace final de la tarde, pues los veteranos blancos se vieron reforzados después de doblegar a los croatas.
El segundo encuentro, con el FC Barcelona como rival después de derrotar al Maccabi de Jamchy y compañía, combinado con el resultado a favor de la Jugoplastika ante los hebreos, se convertía en una final para las Leyendas, que batiendo a los azulgranas se convertirían en virtuales campeones del cuadrangular.
El encuentro transcurrió bajo una gran igualdad entre ambos equipos. La solidez de Martínez y Andreu en la pintura, sumada a la dirección de Galilea y las penetraciones de Esteller, hicieron que el Real Madrid necesitara apelar a la mejor versión de sí mismo para conseguir su objetivo. Con Antúnez y Llorente intercambiándose la batuta del juego de su equipo, bien secundados por Iturriaga y Bucero en el perímetro, todo ello unido a una buena labor de Abad bajo los aros, las Leyendas Blancas lograban sellar a su favor una valiosa y muy ajustada victoria por 27 a 29, convirtiéndose de forma prematura pero incontestable en campeones del torneo.
Sin nada en juego, los veteranos del Real Madrid se enfrentaron al Maccabi Tel Aviv, muy motivado por lograr una victoria tras sendas derrotas anteriores. En los dos cuartos más físicos de todo el evento, ninguno de los dos equipos dio su brazo a torcer, y el tiempo reglamentario se extinguió dejando un empate a 22 en el marcador.
Por último, Jugoplastika y Barça jugaron un último y bonito choque que sirvió a los locales para conquistar su segundo triunfo, insuficiente para poner en jaque la hegemonía blanca en uno de los torneos de veteranos de mayor solera que se recuerdan en el viejo continente.
Ya en la tarde del domingo, el casco histórico de la ciudad se vistió de gala para acoger una sesión de ‘streetball’ en la que participaron jugadores de los cuatro equipos. En un apasionante concurso de tiro, artilleros como Kukoc, Jamchy, Berkowitz, Ivanovic, Iturriaga o Galilea deleitaron a una multitud que se arremolinó en torno a un improvisado ‘playground’, al que también acudieron numerosos medios de comunicación. Ganó el Maccabi tras una tanda final de lanzamientos contra el FC Barcelona.
El torneo y estas actividades, que gozaron de una magnífica organización, tuvieron como objetivo promover la práctica deportiva y fomentar la actividad turística de la bella ciudad adriática. El ayuntamiento local, junto a la oficina de turismo, logró reunir a cuatro gigantes del baloncesto europeo: FC Barcelona, Jugoplastika Split, Macabbi Tel Aviv y Real Madrid, en un evento deportivo que podría reeditarse de nuevo en otra ciudad del continente en años venideros.
Por unas horas, el parquet de la pista pabellón croata fue la cancha de baloncesto con mayor número de estrellas del baloncesto por metro cuadrado del mundo. A través de los seis emocionantes emparejamientos, cada uno de los cuales con un importante trasfondo histórico de innegable atractivo para cualquier aficionado al baloncesto, grandes rivales y grandes amigos reeditaron gloriosas noches que se remontan hasta la década de los 70.