ZARAGOZAEste lunes se cumplen dos décadas de la conquista de la última Copa de Europa (Euroliga en la actualidad) por parte del Real Madrid, que en una memorable Final Four derrotó primero al Limoges de Maljkovic y Michael Young en semifinales (62-49) y después hizo lo propio en la gran final ante el poderoso Olympiacos de Fassoulas, Volkov, Eddie Jonson, Sigalas y compañía por 73-61. Fue el gran colofón a un proyecto orquestado por Zeljko Obradovic en el que el juego debía gravitar inevitablemente alrededor de la figura de Arvydas Sabonis -referencia indiscutible- impulsado por la calidad y el saber hacer de experimentados jugadores como Antonio Martín, Chechu Biriukov, Joe Arlauckas o José Miguel Antúnez, entre otros.

 

 

Remontándose a ese mágico 13 de abril de 1995, dos miembros de aquella histórica plantilla, José Miguel Antúnez y Chechu Biriukov, quienes aún hoy en día coinciden en el parqué para disputar partidos con la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid y rememorar viejas batallas, recuerdan la gesta europea y coinciden en una misma premisa como receta para lograr ser campeón continental: para ganar finales antes hay que jugar finales. “Visto a posteriori, probablemente sea el título más importante de mi carrera”, sostiene el base internacional José Miguel Antúnez, “ganar la Copa de Europa y encima en tu país fue algo incomparable y maravilloso porque además significó pasar a formar historia del Real Madrid. A nivel de club es lo máximo. Veníamos de perder en Atenas en semifinales en la anterior edición y habíamos aprendido bien la lección: salimos bien preparados y mentalizados con la idea de ganarlo desde el principio y todo salió sobre ruedas”, explica.

 

Para el explosivo director de juego madrileño, aquel Real Madrid era “un auténtico equipo que rodaba a las mil maravillas, perfecto para ganar. Quizá no teníamos los mejores jugadores de Europa uno a uno, había otros como el propio Olympiacos que tenía jugadorazos en todas las líneas, algunos NBA y un presupuesto mayor que el nuestro, pero nuestra plantilla estaba muy bien confeccionada para funcionar. Teníamos, eso sí, al mejor jugador de Europa, el mas determinante, que era Sabonis, y alrededor de él todos sabíamos cuál era nuestro trabajo guiados por un grandísimo entrenador como Obradovic, que hizo un gran papel preparándonos para ganar”.

 

Chechu Biriukov, que llegó a Zaragoza siendo uno de los aleros más experimentados de la competición, no duda a la hora de señalar las dificultades que entraña salir victorioso en una final europea. “Es un título que cuesta mucho ganar, probablemente el que más valoro de mi carrera, y recuerdo nítidamente el emocionante momento de levantar el trofeo. Antes de 1995, la anterior Copa de Europa que había conseguido el club tuvo lugar en 1980, llevábamos mucho tiempo esperando ese momento”, subraya el hispano-ruso, que aclara “pero ojo, para llegar allí y disfrutar de ese momento tuvimos que sufrir mucho en los años anteriores, acariciándola sin conseguir llevárnosla de vuelta a casa. Siempre he dicho que para ganar una final tienes que perder alguna primero”.

 

Al igual que Antúnez, su ex compañero de vestuario elogia la figura de Obradovic: “En él teníamos un entrenador especialista en ganar este tipo de competiciones, jugábamos un ‘basket control’ con duras defensas y a por marcadores cortos, y contábamos con dos extranjeros” y resalta la importancia del dúo Arvydas Sabonis-Joe Arlauckas como una de las claves de éxito, “aunque tenían a su lado una completísima plantilla, en mi opinión formaban claramente la mejor pareja de extranjeros de Europa”, precisa Biriukov.

 

La Novena, el ansiado objetivo

 

Los dos geniales jugadores blancos son optimistas ante el reto que tiene ante sí el primer equipo blanco en la Euroliga 2014-15, cuya Final Four se disputará en Madrid del 15 al 17 de mayo. Antúnez añade que “para ganar este título europeo hace falta que coincidan muchos factores y no es sencillo: hace falta tener determinados jugadores, que no haya lesiones y la experiencia de haber pasado por situaciones similares.  En los últimos años hemos participado en varias Final Four y hemos estado muy cerca, y eso quiere decir que se han estado haciendo bien las cosas. Espero que después del esfuerzo de las últimas temporadas este año estemos otra vez allí y en condiciones de ganar».

 

Por último, Biriukov apela a confianza del Real Madrid en sí mismo como un factor crucial para llevar a las vitrinas el noveno título de la máxima competición continental: “Creo que en los últimos años al Real Madrid le ha faltado cierta seguridad llegado el momento de esta cita, creer un poco más que puede ser suya. A veces cuesta tiempo y experiencia, pero veo al equipo bien. Me gustan mucho las sensaciones actuales pero debemos tener en cuentas que si llegamos a la Final Four, jugar en casa no será fácil”, concluye.

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