NANTESEl martes 3 de abril se han cumplido 38 años de la consecución de la quinta Copa de Europa en Nantes por parte del Real Madrid de Baloncesto en una igualadísima final frente al Ignis Varese de Dino Meneghin. La temporada 1973-74 pasará a la historia por ser una campaña perfecta para el equipo que dirigía Pedro Ferrándiz, conquistando tres títulos: Copa de Europa, Liga y Copa de España. Una de las figuras del partido, Carmelo Cabrera, nos habla de la final.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El partido decisivo de la Copa de Europa 73-74 fue un choque vibrante. La ciudad francesa de Nantes presenció un partido que se decidió en los últimos instantes y en el que los dos bases blancos, Carmelo Cabrera y un jovencísimo Juan Antonio Corbalán, firmaron un gran papel. El primero, porque fue capaz de dirigir a su equipo y anotar 16 puntos hasta caer eliminado por faltas, y el segundo porque al tomar el relevo con sólo 18 años exhibió unos nervios de acero, anotando los cuatro últimos tiros libres que sellaron el triunfo de su equipo ante los italianos por 84-82.

 

carmelo.jpgCarmelo Cabrera recuerda el partido como «uno de los dos mejores de mi vida junto a otra final europea, la de 1978 en Munich. Deportivamente, aquel partido supuso para mí el ganar mi primera Copa de Europa», explica el ex jugador canario. «Ya había jugado una final en Barcelona en la que no participé, pero en esta sí que lo hice, además de forma muy activa. Recuerdo que me echaron de forma injusta por cinco faltas cuando faltaban pocos minutos», apunta Cabrera, que resalta el papel de su relevo, Corbalán: «los minutos que quedaban por jugar los aprovechó muy bien Juan, que entró en la pista y se consagró porque metió unos tiros libres importantísimos para el desenlace final y porque jugó de una manera exquisita. Además, recuerdo que fue la primera final con Walter Szczerbiak, al que se fichó en la temporada 73-74 justo por ese preciso motivo: para ganar la Copa de Europa. La realidad es que todo el equipo jugó un partido excepcional».

 

En el plano anecdótico, Cabrera recuerda al Ignis de Varese como un rival temible, «pero siempre que jugaba Dino Meneghin les ganábamos, y sin embargo, cuando estaba lesionado, perdíamos. Era un fenómeno curioso. De todos modos, nosotros siempre queríamos que estuvieran todos los elementos del equipo contrario, para poder ganarles al completo», concluye el genial base.

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