Presentacin_Mapas_Ilustrativo_BlancoEn esta nueva sección, un exjugador del Real Madrid contará su experiencia acompañando al primer equipo en alguna de sus citas correspondientes a la Euroliga. La posibilidad de realizar estos desplazamientos para apoyar al primer equipo de baloncesto es un gesto de cortesía que la dirección de baloncesto del club blanco, dirigida por Juan Carlos Sánchez, ha extendido desde hace varias temporadas a la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid. Ante esta magnífica oportunidad para mantener un estrecho vínculo con la primera plantilla pero también con ex jugadores -muchas veces amigos- de históricos rivales continentales y representar a la historia del club, Cristóbal Rodríguez, presidente de la entidad que reúne a los veteranos del equipo blanco, ha mostrado su agradecimiento y satisfacción: “Antes, gracias a nuestro Real Madrid pudimos disfrutar del deporte, que tanto nos gusta, durante algunos años en el campo y, ahora, durante otros muchos más desde la grada, alegrándonos con sus éxitos. Sin su constante apoyo, que agradecemos, no podríamos trabajar para cumplir los fines concretos que figuran en nuestros estatutos”.

A continuación, reproducimos dos textos que inauguran este apartado, escritos con maestría por Vicente Paniagua y Carmelo Cabrera, quienes tuvieron una longeva carrera deportiva de 11 temporadas con el primer equipo. El primero, nacido en Alcazar de San Juan, ganó 3 Copas de Europa, 7 Copas y 10 Ligas a lo largo de una carrera en el primer equipo blanco que se extendió de 1966 a 1977, mientras que el de Las Palmas de Gran Canaria dirigió al Real Madrid desde la temporada 1968/69 hasta la 1978/79 y conquistó 10 Ligas, 7 Copas y 2 Copas de Europa.

1671383740655‘Acompañando al Real Madrid por Europa’, por Vicente Paniagua

Esta semana mi querido compañero y amigo Carmelo Cabrera y yo tuvimos el privilegio de acompañar a la primera plantilla del Real Madrid de Baloncesto en un desplazamiento que nos permitió estar presentes en dos encuentros de Euroliga: primero en Munich (Alemania) frente al Bayern y luego en Kaunas (Lituania) contra el Zalgiris. Fue una experiencia inolvidable que se hizo realidad gracias a la invitación del director de la sección, Juan Carlos Sánchez, en una generosa iniciativa con los veteranos de la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid.

Volar con el lunes desde Madrid con el equipo fue una experiencia magnífica, en un avión con mucho espacio y grandes comodidades junto a invitados como los patrocinadores del equipo, con quienes almorzaríamos en muy buena sintonía un día más tarde en Munich, además de jugadores, cuerpo técnico, médico, fisios y utilleros. El martes, ante el Bayern, pudimos contemplar la victoria de nuestro partido en unos asientos en primera fila y junto a nuestro banquillo. Desde Alemania volamos a Kaunas un día después, disfrutando de nuevo con un trato exquisito por parte de todo el mundo, incluido un equipo de Real Madrid TV que quiso grabar unas imágenes con nosotros para poder disponer de la opinión de dos ex jugadores del primer equipo en esta intensa semana con doble cita europea. El jueves por la mañana acudimos al entrenamiento del equipo, donde recibimos un trato cariñoso por parte de los jugadores y pudimos presenciar la sesión previa al partido que nos midió al conjunto lituano. Ya por la tarde, otra vez dispusimos de unos asientos excepcionales cercanos a los de Chus Mateo, aunque en este segundo duelo no consiguiéramos un triunfo en una cancha difícil, con 14.000 espectadores gritando sin cesar y un arbitraje controvertido en los últimos minutos. El equipo luchó y fuimos testigos de la camaradería que existe en el equipo y de la gran integración de los nuevos jugadores. Hay que señalar que no solo veteranos como Sergio Llull, Sergio Rodríguez o Walter Tavares se mostraron cercanos con nosotros, si no que fichajes más recientes como Dzanan Musa, Mario Hezonja o Gershon Yabusele, entre otros, también demostraron su amabilidad con nosotros durante los cuatro días en los que acompañamos al equipo.

Quiero resaltar el agradecimiento de nuestra asociación al club, que a través de la dirección deportiva de su sección de baloncesto hace posible que nuestros miembros, los mismos que años atrás ayudaron a atesorar su brillante palmarés, puedan ahora estar con al equipo animando al borde de la pista junto a sus patrocinadores, un pilar fundamental en el proyecto, y así seguir escribiendo la historia del mejor baloncesto continental

1671383542177‘Un viaje emocionante’, por Carmelo Cabrera

Siempre es un placer viajar, máxime cuando lo haces en el tiempo, o casi. Estos pasados días he compartido, en compañía de mi amigo y compañero en el Real Madrid Vicente Paniagua, el desplazamiento del conjunto blanco, mi equipo durante once temporadas y con el que tantas vivencias tuve en España y Europa, a dos destinos donde se vive el baloncesto de una manera especial: Münich y Kaunas.

En la ciudad germana pude revivir dos momentos muy importantes en mi carrera deportiva: mi participación con el Equipo Nacional en los Juegos Olímpicos de 1972 así como la consecución de mi segunda Copa de Europa con el Real Madrid. Del primer logro se cumplen 50 años, y allí estaba yo, en el Rudi-Sedlmayer-Halle, ahora conocido con el nombre comercial de Audi Dome por motivos de patrocinio, pero en definitiva en el mismo escenario donde pude defender los colores de la selección nacional y, posteriormente con el Real Madrid, y ya inmersos en la temporada 1977-78, competir con la camiseta blanca y sumar mi segundo entorchado continental.

No pude evitar emocionarme. El calor que desprendía la afición rojiblanca del Bayern de Münich contrastaba con el frío exterior en la bella ciudad germana pero mi cabeza, impregnada de madridismo, no podía parar de recordar tantas experiencias vividas en aquella pista. Además, nuestro equipo ganó, por lo que la jornada fue redonda.

Después de que tantos y tantos recuerdos afloraran en mi cabeza, continuamos viaje hacia Lituania, donde el baloncesto es más que una religión. La república báltica nos recibió con nieve, hielo y mucho frío, tanto como 13 grados negativos, aunque todo ello parecía importar poco a los enfervorizados aficionados del Zalguiris de Kaunas que acudieron en masa, por encima de 15.000 aficionados, al Žalgirio Arena. Allí, nuestra escuadra no tuvo la misma suerte que en Alemania y no pudo sumar la victoria pero el equipo peleó hasta el último instante, dejando constancia de uno de los muchos valores del Real Madrid: la entrega total y absoluta de todos los jugadores que compones su plantilla.

Fue un viaje de esos que te hacen valorar, aún más, la pertenencia a una entidad tan grande como la del Real Madrid, siempre buscando la excelencia deportiva, con compromiso y espíritu ganador.

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