Las Leyendas Blancas conquistaron este martes el II Trofeo de Baloncesto Virgen de la Sierra en Cabra (Córdoba) al derrotar al CDB Cabra por 68-91 en su campo. El partido sirvió para que Felipe Reyes, cordobés de nacimiento y ovacionado de forma emotiva por el público local, y Eduardo Hernández-Sonseca debutaran con la camiseta del equipo de la Asociación de Jugadores de Baloncesto del Real Madrid.
El equipo blanco firmó su primera victoria de la temporada 2022-33 en un Pabellón Municipal de Cabra al que acudieron cientos de aficionados para presenciar el choque que midió a su equipo, dirigido por Eduardo Rueda y que esta campaña disputará la Liga Primera Nacional Masculina de Andalucía. Ambos equipos intercambiaron obsequios instantes antes del salto inicial, con Fernando Romay ejerciendo como capitán por las Leyendas Blancas.
Felipe Reyes y Hernández-Sonseca, las últimas incorporaciones del Real Madrid tras colgar definitivamente las botas, aportaron experiencia y centímetros en la zona como pívots titulares, tanto en labores defensivas como ofensivas. De esta forma, el equipo visitante comenzó a adquirir una renta desde los primeros minutos que no hizo más que ampliarse a medida que avanzaba el partido.
El equipo local, con los jugadores que formaron su columna vertebral la temporada pasada: Tete Rey, Javi Arroyo, Pepe Cuesta, Javi Torres y Paco Vivar, y la incorporación de otros como Carlos Pozo, Edu Bolpillar o Juan Mor protagonizó varios intentos de remontada para alegría de su público, que también jaleaba a Felipe Reyes cada vez que el campeón del mundo tocaba el balón.
Al final, el ritmo de juego de los blancos, con Lucio Angulo como referente ofensivo, unido a su superioridad física en la intimidación y el rebote, sirvió para que las Leyendas Blancas encararan un cómodo tramo final del choque. Dirigidos por jugadores míticos como Juan Antonio Corbalán, Fernando Romay, Vicente Paniagua o Vicente Ramos desde el banquillo, todos los jugadores del Real Madrid, entre los que se destacaron los ex ACB Óscar González y Lorenzo Sanz, vieron muchos minutos de juego.
El marcador final resultó ser una simple anécdota ya que el objetivo era ofrecer un bonito partido que se caracterizó por su intensidad y que todos los asistentes pudieron disfrutar viendo jugar a sus jugadores locales frente a históricas figuras de nuestro baloncesto en un evento magníficamente organizado.
Para la Asociación de Jugadores del Real Madrid la cita egabrense supuso una gran oportunidad para llevar a cabo una de las directrices bajo las que se creó la entidad en 1996: poder unir a jugadores pertenecientes a diferentes generaciones que hayan formado parte del club blanco para transmitir el valioso legado que durante décadas ha generado la sección de baloncesto del club.