Para llevar a cabo esta sección, hemos pedido a las Leyendas Blancas que seleccionen una fotografía y la comenten en primera persona. Son imágenes que tienen un significado especial para ellos. En ocasiones, contaremos con material inédito, y en otros casos los jugadores nos ofrecerán sus impresiones sobre imágenes que consideren diferentes o curiosas, sean de juego o no.  Así descubriremos la historia que se esconde detrás de cada foto de la mano de sus protagonistas: 

   1. «Celebrando la tercera Copa de Europa en el Museo Chicote», por Carlos Sevillano

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© FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE CARLOS SEVILLANO DE LA CUERDA

«La foto es del año 1967, que fue cuando conquistamos la tercera Copa de Europa y Perico Chicote nos invitó a todos a visitar su emblemático Museo Chicote (situado en Gran Vía, todo un símbolo de la hostelería madrileña). Recuerdo que la primera vez que viajamos a Rusia, en la temporada 1963-64, Raimundo Saporta alquiló dos aviones: uno en el que se desplazaron el equipo y periodistas y otro destinado para gente vinculada con el club y allegados. En este último iban empresarios conocidos entre los que estaba Chicote, que era aficionado al baloncesto y buen amigo de Saporta. Lo curioso es que a mí me conocía desde que fui bautizado porque mi abuelo era amigo suyo y todo el cátering del evento corrió a cargo suyo, que estuvo allí y que años después le contaba a todo el equipo “a Sevillano lo desteté yo mojando un dedo en una copa de champán que le llevé a la boca y bien que le gustó”. Aprovechaba estos viajes para comprar botellas raras que luego se traía a España para su museo y, además, siempre se llevaba con él varias tortillas de patatas porque decía que “nunca se sabe lo que se va a comer en esos sitios” y las repartía con todo el mundo”.

“Una de las peculiaridades de la foto, en la que están jugadores como Miles Aiken, Clifford Luyk, Emiliano, “Toncho” Nava, Cristóbal Rodríguez, José Ramón Ramos, Ramón Guardiola o Vicente Paniagua, es que aparece el norteamericano Bob McIntyre (fila de arriba a la izquierda), un alero rubio procedente de la Universidad de St. John’s que vino recomendado por su técnico, Lou Carnesecca, amigo de Ferrándiz, del que no hay muchas imágenes porque su situación era también curiosa: venía a Madrid uno o dos días antes de partido de Copa de Europa, lo jugaba y al día siguiente se iba otra vez a Estados Unidos”. 

Carlos Sevillano jugó en el Real Madrid desde la temporada 1959-60 hasta la 1968-69, desarrollando una de las carreras más prolíficas de la historia del baloncesto. Nueve Ligas, cuatro Copas de Europa, dos Intercontinentales y distintos reconocimientos como la Medalla al Mérito Deportivo avalan la trayectoria deportiva del ala-pívot madrileño, que durante años ejerció de capitán en un Real Madrid que reinó en continente europeo.

 

   2. «Mi primera ficha con el primer equipo», por Vicente Paniagua

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Lo primero que me llama la atención al ver esta ficha es la cara de pipiolo que tengo; imagino que son las típicas fotos de carnet que nos pedían en el club al inicio de la temporada, porque no es la oficial federativa ni la de la FIBA. La ficha se corresponde a mis dos primeras temporadas jugando en primera división, viniendo de la categoría Juvenil. Tengo 19 años y, aunque no llevo el pelo muy corto, en ése momento ya me lo había hecho cortar nuestro delegado, Paco Amescua, por órdenes de Pedro Ferrándiz. En esa época el club imponía bastante disciplina y al llegar al primer equipo te pedían vestir de una manera concreta, cuidar tu aspecto… Recuerdo que tanto a mí como a Cristóbal (Rodríguez) nos compraron un traje y nos hicieron pelarnos para ir más “decentes”. En la ficha sólo figuran mis primeras dos temporadas pero faltan otras nueve más, imagino que en las oficinas se cambiaría el formato y se abriría una nueva”.

“El domicilio que aparece a la izquierda es el de la pensión en la que Cristóbal y yo estuvimos residiendo durante cuatro o cinco años. Era de una señora italiana que tenía un piso en pleno Argüelles cuando allí se abrían negocios de todo tipo vinculados al ocio: bares, restaurantes, discotecas, pubs… Vimos cerrar un montón de antiguos bares y churrerías. Estaba cerca de la universidad y relativamente a mano para ir a entrenar”.

“Deportivamente, en mi primera temporada perdimos la Liga Nacional pero ganamos la Copa de España y la de Europa, así que no nos hizo mucho daño. Lo que vio después fue curioso, porque a partir de mi temporada de debut ya ganamos todas las ligas hasta que me retiré en la campaña 1966-67, tres de ellas imbatidos”.

“Me llama la atención lo de “premios y castigos” que aparece en el reverso de la ficha. Supongo que sería en caso de recibir un sanción de algún partido o una técnica, por ejemplo, que por reglamento interno se sancionaba con 2.000 pesetas, una barbaridad de dinero entonces para nosotros. Lógicamente, intentabas por todos los medios tragarte tu orgullo y no protestar a los árbitros para evitar ese agujero económico. En todo caso, mi historial, como se puede ver bien claro, estaba muy limpio… (risas)”. 

Vicente Paniagua jugó once temporadas en el Real Madrid (desde la 1966/67 hasta la 1976/77) en las que conquistó una decena de ligas y tres Copas de Europa. La intensidad defensiva y entrega del alero manchego, siempre trabajando para el objetivo común del equipo, fueron su santo y seña en el club.

  

   3. «No éramos sólo compañeros. Más que un equipo éramos una auténtica familia», por Carmelo Cabrera

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE RAFAEL RULLÁN ©

“La imagen corresponde al 30 de junio de 1973, en la boda de nuestro compañero de equipo Cristóbal Rodríguez en Santa Cruz de Tenerife. Nos hicimos varias fotos en los jardines del Hotel Mencey como esta, en la que sale el padrino, Raimundo Saporta, que lo catalizaba todo e incluso contrató él mismo al fotógrafo, al que no le dio tiempo ni a revelar el carrete; allí mismo le dijo “démelo mejor a mí, que ya me encargo yo de revelarlo” y se lo metió en el bolsillo. Más que un equipo, aquellos jugadores eran mi auténtica familia, no se trataba simplemente de compañeros que habían volado allí por cumplir, yo siempre los he considerado a todos mis hermanos. Íbamos juntos a todos los sitios porque además coincidíamos en la Selección Española en un porcentaje muy alto, ya que todos fuimos internacionales en un año o en otro, así que todos los veranos competíamos juntos y así fue a lo largo de una década por lo menos. Ahora, cuarenta años después, seguimos teniendo la misma relación familiar que teníamos en la década de los 70. Formábamos una piña en la que nadie se perdería un acontecimiento tan importante; de hecho, dos años más tarde yo me casé en Gran Canaria y también se desplazaron todos hasta Las Palmas para estar en mi boda.»

“Sobre los elegantes esmóquines que llevamos puestos en la imagen, creo que a mí el mío me lo compró el propio Saporta porque con 23 años yo no tenía, no sé si pasaría algo similar con alguno de mis compañeros. En la foto se puede apreciar la particularidad de que había tres que eran blancos. También recuerdo que los tres bases, Vicente Ramos, Juan Corbalán y yo quisimos dar un poco la nota porque estábamos muy sincronizados en todo, así que nos fumamos “el puro de los bases” con su clásica anilla conmemorativa. Otro detalle que me viene a la memoria es que el novio, Cristóbal, y yo, dejamos el club exactamente el mismo día, el 30 de junio de 1979. Él abandonaba así la práctica deportiva pero yo continué jugando en Valladolid y Canarias, así que curiosamente los dos canarios del equipos nos fuimos el mismo día. Es la foto de un equipo que sigue igual de unido hoy en día porque esa fue siempre nuestra filosofía de vida: trabajar en equipo, jugar en equipo y disfrutar en equipo.” ”

Carmelo Cabrera, un mago del balón, estuvo en el Real Madrid 11 temporadas (desde la temporada 1968/69 hasta la 1978/79). Durante esas temporadas su estilo creativo, su elevada técnica individual y su visión de juego sirvieron como referencia para generaciones posteriores. Cuenta en su palmarés con 10 Ligas, 7 Copas del Generalisimo, 2 Copas de Europa y 3 Intercontinentales. 

   4. “Disfrutando un magnífico asado argentino junto a Bernabéu antes de ganar la primera Intercontinental», por Juan Antonio Corbalán

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE RAFAEL RULLÁN ©

“Esta foto es de octubre del año 1976, en el transcurso de la Copa Intercontinental de Clubes de Baloncesto, y fue tomada en Buenos Aires. En ella se puede ver a Santiago Bernabéu presidiendo una comida en el centro. No era habitual que nos acompañara en los viajes, pero en esta ocasión vino con nosotros, posiblemente porque también tuviera que realizar alguna gestión allí. Debido a su presencia, fuimos invitados a comer un magnífico asado argentino en la casa del presidente del Chacarita Juniors, Salvador Zucotti, por Samuel Mijailovich, un íntimo de Bernabéu que actuaba como contacto con el club para agilizar las relaciones con los clubes locales de fútbol y baloncesto, venir al Torneo de Navidad y otros asuntos”.

“Aquella fue la primera Intercontinental que ganó el Real Madrid de baloncesto, por delante de equipos como el Mobilgirgi Varese italiano, el Obras Sanitarias argentino o el Amazonas Franca brasileño, entre otros, y lo hicimos jugando como los ángeles. Rafa (Rullán) jugó muy bien, como todo el equipo, pero tengo que hablar de mí: fui elegido mejor jugador del torneo y jugué uno de los mejores campeonatos de mi vida, en aquella primera época con los tres bases clásicos. El libro que publiqué en 2014, ‘El Baloncesto y la Vida’ contiene más detalles sobre este campeonato”. 

Juan Antonio Corbalán debutó con el Real Madrid con 17 años y dirigió su juego en una de sus etapas más gloriosas, conquistando, entre otros títulos, 12 Ligas y 3 Copas de Europa. Internacional en 177 ocasiones, Corbalán hizo gala en el campo de un gran carácter competitivo y una mente privilegiada con una visión y un conocimiento del juego excepcionales.

   5. “Pon la tele antes de salir calentar, que corre Abascal los 1.500m.», por José Luis Llorente

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE JOSÉ MANUEL BEIRÁN ©

“Esta foto se tomó al final de los Juegos Olímpicos porque estábamos viendo por televisión la semifinal de los 1.500 metros, en la que corría José Manuel Abascal –quien al final fue medalla de bronce-, y no nos la queríamos perder. Salimos todos vestidos de corto menos Iturriaga y Margall, que lo habrían dejado para un poco más tarde, porque jugábamos a continuación la gran final contra Estados Unidos. Y es que al lado de uno de los vestuarios del Forum, quizá el de los Lakers, había una sala con una tele. Como nos encontrábamos ya allí, teníamos tiempo y la carrera duraba unos tres minutos y medio, decidimos acercamos a verla. En la imagen estamos prácticamente todos los miembros del equipo junto a Antonio Díaz-Miguel y el Doctor Jorge Guillén: Fernando Martín, Solózabal, Epi, Corbalán, Beirán, Romay… Nos acompañan dos regatistas olímpicos que tampoco querían perderse el atletismo. Ese tipo de escenas son muy frecuentes en los JJOO: un ambiente global de camaradería en el que casi todos los deportistas de una misma nacionalidad se siguen unos a otros y se animan. También es normal acercarte a ver otras disciplinas cuando tienes tiempo libre. Con el tiempo la cosa se ha ido complicando, pero por aquel entonces al llegar te daban una acreditación que te servía para pasar a todos los sitios. Luego eran todo facilidades, con líneas de autobuses para desplazarte, por ejemplo. Si lo solicitabas con antelación, la organización incluso te facilitaba un coche durante unas horas para llegar a los sitios.”

José Luis Llorente Gento se formó en las categorías inferiores del Real Madrid. Jugó 9 temporadas en la primera plantilla y se convirtió en uno de los mejores bases nacionales, siendo un referente tanto en el Real Madrid como en la Selección Española, en cuyas filas sumó 112 internacionalidades.

6. “Boogie Nights”, por Joe Arlauckas

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“La foto es de mes de junio de 1983 y no tengo ni idea de quién la sacó, La había visto hace mucho tiempo pero me encontré con ella recientemente a través de Facebook, donde me están contactando amigos de hace más de 20 o 30 años, y pensé “vaya fotaza”. Soy el del medio, tenía 17 años y estábamos celebrando una fiesta por nuestra graduación de Jefferson High School en la casa de mi hermano de Rochester, New York, que tenía piscina y era un sitio perfecto para ello. A pesar del bigote mejicano, el corte de pelo y las gafas que veis en la imagen aquello no era nada, al baile de graduación me presenté con smoking, bow tie, sombrero, guantes y bastón. Eran los primeros 80, todo era muy Boogie Nights».

«Cuando se tomó está foto yo ya había firmado mi beca para ir a jugar a la Universidad de Niagara en la NCAA y en ella aparezco con algunos compañeros de equipo que no llegaron muy lejos, como mucho a jugar en la cárcel (risas)… Recuerdo que esa misma noche me paró la policía en la autopista porque cinco minutos antes había estado asustando a otros coches con las luces del mío desde una calle oscura. Pero aquel fue un gran verano. Para que os hagáis una idea, si en junio pesaba unos 85 kilos, cuando llegué a Niagara en agosto ya me había ido hasta los 107. Un día, al poco de llegar allí, fui al despacho del entrenador, con el que ya había hablado varias veces en persona, para saludarle. El tío me miró de arriba a abajo y me dijo “¿Pero quién eres tú, chaval?”, yo le respondí “Joe Arlauckas, señor, de Jefferson High School, en Rochester, ¿se acuerda de mí?”. El tío me volvió a mirar y me soltó “¿Y qué te ha pasado?”. El caso es que luego igual bajé tres o cuatro kilos pero con entre el trabajo de pesas y demás me acostumbré a jugar pasados los 105. A partir de ahí, mi peso ideal para jugar siempre ha estado en esas cifras”.

Joe Arlauckas era un versátil ala-pívot capaz de anotar desde cualquier zona del campo. Junto a Sabonis, formó una de las parejas de interiores más temibles que se recuerdan en baloncesto continental, llevando al Real Madrid a lo más alto entre 1993 y 1995. En 1996 anotó 63 puntos en una exhibición anotadora frente al Buckler de Bolonia, firmando unos porcentajes de ensueño: 24/28 en tiros de dos y 15/18 desde la línea de tiros libres. Esta actuación se mantiene vigente como el récord anotador de la Euroliga.  

   7. “El día que volví a jugar con la Unión Soviética”, por Chechu Biriukov

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE JOSÉ MANUEL BEIRÁN ©

“Esta foto, en la que salimos José Manuel Beirán, Aleksander Gómelski (fallecido en 2005) es de después de un partido que jugamos en enero del año 2001 en Cubillos del Sil, El Bierzo, contra un equipo de veteranos de la Unión Soviética dirigido por el mítico entrenador. Para mí fue muy especial porque jugué la primera mitad con el Real Madrid y la segunda con el combinado soviético, por eso salgo con esa camiseta. Estos último tenían muchos jugadores de la década de los 70 como Maksim Astanin, Iván Edeshko, Stanislav Eremin, Anatoli Myshkin o Andréi Lopatov; era un buen equipo. También estaba Alzhan Zharmujamedov, que con sesentaitantos años nos metió más de 20 puntos. Lo pasamos realmente bien. Sí que es cierto que me sentí un poco extraño jugando con esa camiseta, que no me dejaron quedarme, por cierto. La tuve que devolver y fue una pena, porque era un joya para tenerla guardada. El partido contó con unos de 1200 espectadores que abarrotaron el pabellón y concluyó con una victoria del Real Madrid por 97-88″.

«Con Gómelski tuve mucha relación, porque tanto él como su familia tenían mucho contacto con la mía. Mi madre le conocía muy bien y siempre que venía a España, por trabajo o vacaciones, pasaba por nuestra casa. Los veteranos teníamos una gran relación con él, de hecho hubo un tiempo en que casi todos los años éramos invitados a viajar a Rusia para jugar algún partido con motivo de su cumpleaños, que era en enero. Era un grande”.

El potente alero José Biriukov Aguirregabiria fue 57 veces internacional con la Selección Absoluta Española y 22 veces internacional en partidos amistosos con la Unión Soviética, donde nació. Recordado por su peculiar tiro a larga distancia, raso y muy efectivo, jugó 11 temporadas en el Real Madrid con un papel decisivo en la conquista de 12 títulos. Fue parte de una de las épocas más importantes de la historia del club blanco.

   8. ‘Éramos Los Gritos: Puro rock and roll’, por Vicente Paniagua

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FOTO: PORTADA DEL DISCO ‘LOS GRITOS’ ©

“Esta imagen es la portada del disco que publicamos en el año 1963, tomada en una sesión que hicimos en el cine donde ensayábamos. Se aprecia que en mi papel de vocalista de Los Gritos me correspondía posar haciéndome el interesante (soy el que sale sentado, el que más ligaba del grupo). El grupo, de rock and roll puro, estaba formado por cinco amigos a los que nos gustaba mucho la música, compañeros en el colegio de los Padres Trinitarios de Alcázar de San Juan. Yo cantaba pero también tocaba la guitarra. Hacíamos todo tipo de actuaciones: en guateques, cumpleaños, en la piscina municipal en verano, en el carnaval en Navidades y también en algún pueblo cercano. Fue una bonita aventura que duró dos años, ya que en la temporada1964-65 ficho por el Juvenil del Madrid y me tengo que marchar. Después de mis tres primeros meses en la capital aún actué esa Navidad, incluso el verano siguiente. La mejor anécdota se produce cuando la Selección Española Juvenil, que tenía a Díaz Miguel a la cabeza, acude a Alcázar -una ciudad de mucho baloncesto- invitada a jugar con un combinado local. Fui convocado con la selección, jugué el partido y después tuve que actuar por la noche, delante de toda la selección. También recuerdo que pasado un tiempo Raimundo Saporta a veces me recordaba que me había sacado del mundo de la farándula salvándome para el baloncesto”.

“El grupo se disolvió, pero no porque tuviera que elegir entre baloncesto y música, sino porque éramos un grupo de amigos que se lo pasaba bien pero tenía responsabilidades. Los demás componentes también se fueron a estudiar para prepararse para la universidad. Cumplimos con los contratos que teníamos y se acabó. Hace cinco o seis años nos reunimos, como las grandes bandas. Juntamos a 900 personas en una discoteca de Alcázar en Navidades y tocamos canciones nuestras y versiones. Siempre nos gustó tocar versiones de los Beatles, a quienes vi en Las Ventas en 1965 -aún conservo la entrada-, y de los Rolling Stones. Más tarde trabajé cuatro años en la SER en Alcázar, en un programa en el que yo ponía discos de aquellos años y un compañero más joven ponía los de la Movida. La audiencia votaba cuáles le habían gustado más; no había color, siempre ganaba yo, y es que los grupos de la Movida poco podían hacer contra gente como los Rolling o los Beatles…”

Vicente Paniagua jugó once temporadas en el Real Madrid (desde la 1966/67 hasta la 1976/77) en las que conquistó una decena de ligas y tres Copas de Europa. La intensidad defensiva y entrega del alero manchego, siempre trabajando para el objetivo común del equipo, fueron su santo y seña en el club.

   9. ‘Contra el frío y a la moda con gorras y cazadoras de aviador’, por Vicente Paniagua y Vicente Ramos

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE VICENTE PANIAGUA ©

Vicente Paniagua: “La imagen está tomada en Copenhague en el año 1972. Corresponde al día previo a un partido de Copa de Europa. Cristóbal Rodríguez (derecha) y yo (izquierda) llevamos puestas unas gorras y unas cazadoras que acabábamos de comprar allí. Estaban muy de moda por toda Europa, pero a España no habían llegado. Eran las típicas cazadoras de aviador con cuello de piel”.

Vicente Ramos: Yo, que estoy en el medio, llevo un chaquetón del ejército sueco de nieve con un gorro a juego que había comprado en un viaje que habíamos hecho a Suecia poco antes. En esa foto estábamos dando el paseo mañanero antes del entrenamiento del miércoles por la tarde, ya que jugábamos al día siguiente por la tarde. Entonces en Copa de Europa se viajaba dos días antes del partido. Llegabas el martes por la tarde, entrenabas, volvías a hacerlo el miércoles por la tarde y jugabas el jueves. La tradición era utilizar los miércoles para dar una vuelta por la ciudad de turno y comprar, con las pequeñas dietas que recibíamos, alguna cosa típica o que no hubiera en nuestro país. Era muy normal adquirir prendas de vestir o discos que no llegaban a España. En la imagen se nos ve muy mediterráneos, está claro que no queríamos pasar frío, íbamos muy abrigados. Eso sí, hay que tener en cuenta que hablamos de Copenhague en invierno”.

Vicente Paniagua: “Éramos los más chulos. No teníamos que ir uniformados como ahora, que todos los equipos se desplazan en chándal o traje. Nos gustaba comprar ropa original. Recuerdo que en Amsterdam solíamos comprar unas bufandas de dos metros de largo imposibles de ver por aquel entonces en Madrid, pero sobre todo botas y cazadoras”.

Vicente Paniagua jugó once temporadas en el Real Madrid (desde la 1966/67 hasta la 1976/77) en las que conquistó una decena de ligas y tres Copas de Europa. La intensidad defensiva y entrega del alero manchego, siempre trabajando para el objetivo común del equipo, fueron su santo y seña en el club.

Vicente Ramos jugó diez temporadas dirigiendo el juego del Real Madrid, desde la 1968/69 a la 1977/78. Como jugador destacó por su facultades físicas y por su inteligencia en el control del juego. En su trayectoria en el club blanco conquistó nueve Ligas y dos Copas de Europa entre otros muchos títulos. Una imagen suya capturando un balón perdido ha sido calificada unánimemente como una de las instantáneas más bellas de la historia del baloncesto. 

10. ‘La dolce vita’, por José Luis «Indio» Díaz

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE JUAN MANUEL LÓPEZ ITURRIAGA ©

“Esta foto tuvo que ser tomada en el año 1978, cuando quedamos subcampeones de Europa en la ciudad de Rosetto, Italia. Me acuerdo perfectamente del sitio. Nos encontramos al lado de la playa y el edificio que se ve detrás de nosotros es el restaurante donde comíamos. Desde luego, si algo se aprecia bien en esta foto no es lo bien que estábamos entonces, sino lo mal que estamos ahora, que es patético. En ese Alfa Romeo, que no tengo ni idea de quién era, puedo distinguir a Juanma (López Iturriaga) delante y a Joseba Gastañaga y Alfonso Mardones en la parte de atrás. Yo aparezco en primer plano con un bañador rojo, y no es por nada, pero vaya cuerpazo… El que aparece detrás es Alberto Alocén».
«Recuerdo que en el restaurante había una camarera italiana que nos traía a todos locos y que se llamaba Manuela. Siempre que la llamábamos por su nombre ella nos respondía con un “cosa?” (“¿qué?”) con una voz y un acento tan italiano que hacía que nos derritiéramos, aunque la verdad es que con 18 primaveras tampoco hacía falta esforzarse mucho para conseguirlo… Es una foto que me trae a la cabeza unos recuerdos estupendos, porque fue una selección en la que prácticamente todos, a excepción de Joseba, que es dentista, y de Alfonso, que en la actualidad trabaja para el Grupo Árbol, llegamos a jugar como profesionales al nivel más alto. La verdad es que fue una época fantástica, pero hubiera sido un poquito mejor si los rusos no nos hubieran pasado por encima en la final”.
José Luis ‘Indio’ Díaz jugó dos temporadas en las filas del Real Madrid (1980-81 y 81-82). Con un físico potente y una zurda letal, fue internacional absoluto en 18 ocasiones y conquistó una Liga y un Campeonato del Mundo de Clubes.

11.’Marcando abdominales como Serge Ibaka’, por Juanma López Iturriaga 

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        FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE JUAN MANUEL LÓPEZ ITURRIAGA ©

«Corría el año 1978; en esta foto estábamos jugando el Campeonato de Europa Junior de Rosetto, Italia, donde fuimos subcampeones con un equipazo donde seguían mi liderazgo gente como Epi, Llorente, Romay, Fernando Arcega, Gastañaga, Mardones, Goenechea, Pera Vila, Indio Díaz, Praxedes y Alocén. Perdimos la final ante la URSS por 104-100 creo recordar, con Homicius, Enden, Deryugin entre otros. Rosseto es zona turística y playera, y ahí estamos, preparándonos para los partidos. De izquierda a derecha, Joseba Gastañaga, el que suscribe, Juanmi Goenechea, su hermano Montxu, alguien que no me acuerdo quién es, mi hermano Mikel (el comidista) y You Llorente. Y es que no faltó seguimiento familiar, pues los Gastañaga, López Iturriaga y Goenechea se presentaron casi al completo»
«Como se puede apreciar a simple vista, íbamos a la moda, con esos bañadores bien ceñidos, como la ropa con la que jugábamos, y sin importarnos si marcábamos paquete. En mi caso, paquetón. Que por cierto, no era lo único que marcaba, pues hay que ver qué tableta de abdominales tenía. Desconocía que en algún momento de mi vida tuve el síndrome Serge Ibaka».
«En definitiva, 19 añitos, ganas de comernos el mundo, reirnos y disfrutar de la vida todo lo que se dejase. Vamos, salvo en la edad, como ahora».
Juanma López Iturriaga ganó siete Ligas, tres Copas del Rey y dos Copas de Europa con el Real Madrid, y fue internacional en 90 ocasiones, formando parte de la selección que conquistó la histórica medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los ángeles en 1984.

12.’Telegramas en el vestuario minutos antes de la final de Los Ángeles ’84’, por José Manuel Beirán  

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE JOSÉ MANUEL BEIRÁN ©

«Esta foto, escaneada de una diapositiva, se sacó con mi cámara apenas unos instantes antes de que jugáramos la histórica final de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Es la primera vez que sale a la luz; ni siquiera Juanito Corbalán, que aparece en ella, la había visto antes. Antonio Díaz-Miguel apenas habló con nosotros antes del partido, así que nos encontrábamos en el vestuario leyendo alguno de los cientos de telegramas llegados desde España que nos había hecho llegar el COE. Recuerdo que había uno que nos habían mandado unas monjitas… En la imagen se nos ve a Corbalán, Llorente -compañeros de equipo en el Real Madrid-, a de la Cruz y a mí, que en esos momentos empezábamos a tomar conciencia de que habíamos hecho algo muy grande. El de la izquierda es Manolo Padilla, el mítico delegado de la selección”.
 
“Hay que tener en cuenta que en 1984 no existían las formas de comunicarse que hay hoy en día, con todo el mundo conectado. Estábamos recluidos en la Villa Olímpica, donde los periodistas tenían vetado el acceso, y no teníamos ni idea de que tanta gente estaba trasnochando para vernos jugar, ni mucho menos imaginábamos que hasta 5.000 personas nos recibirían en el aeropuerto días después. Por cierto, en esa recepción no estuvimos ni Arcega ni de la Cruz ni yo, que preferimos quedarnos hasta el final de los JJOO para vivir la ceremonia final”.
 
“En cuanto al partido que estaba a punto de empezar, teníamos pocas esperanzas de ganar, la verdad. Aunque ese verano habíamos ganado a Yugoslavia y a Rusia, que no estuvo en LA, sabíamos que no tendríamos muchas posibilidades, porque además de su altísimo nivel defendían con una gran intensidad física y con mucho más contacto de lo que se hacía entonces en Europa. Además, antes del campeonato nos habíamos concentrado en la Universidad de North Carolina en Chapel Hill y les habíamos visto varias veces. En la preparación ellos sólo jugaron contra combinados NBA, nadie podía jugar contra ellos antes de los JJOO”.

José Manuel Beirán, extraordinario tirador, jugó en el Real Madrid a lo largo de cuatro temporadas (1974/75, 78/79, 79/80 y 82/83) y fue 16 veces internacional con la Selección Absoluta. En la actualidad es psicólogo deportivo.

13. ‘El primer gigante dominador del baloncesto europeo’, por Carlos Sevillano 

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE CARLOS SEVILLANO DE LA CUERDA ©

“A pesar de que hoy en día la gente tiende a acordarse sólo de gigantes como Tkachenko o Sabonis, en la década de los 50 había equipos al otro lado del telón de acero que tenían muchos jugadores que superaban los dos metros, mientras que nosotros, durante mucho tiempo, no tuvimos ninguno. En esta foto, rescatada de mi colección, aparecemos Lolo Sáinz y yo al lado de Janis Krumins, un pívot letón enorme que medía 2,23m. En el ASK Riga, donde llegó de la mano del mítico Alexander Gomelsky, se convirtió en el primer pívot dominador del continente europeo. Como se aprecia en esta foto, tomada en 1963, yo, con mis limitados 1,86m., apenas le llegaba a los hombros. A lo largo de mi carrera me tocó jugar de pívot a menudo, y tuve que defender a jugadores más altos como Radivoj Korac o Bill Bradley (ambos de 1,96 m.), pero cuando me tocaba medirme a Krumins no había nada que hacer, le pasaba por debajo de los brazos. Bastaba con que recibira cerca de la zona para girarse y anotar. Así, después de ganarlo todo en España, y viendo que Europa nos superaban los equipos soviéticos, Pedro Ferrándiz fichó a Richard Montgomery, el primer jugador que tuvimos de más dos metros. Pero daba igual. Aún así, era imposible defender a Krumins, porque siempre sacaba 20 centímetros a su defensor”.

Carlos Sevillano jugó en el Real Madrid desde la temporada 1959-60 hasta la 1968-69, desarrollando una de las carreras más prolíficas de la historia del baloncesto. Nueve Ligas, cuatro Copas de Europa, dos Intercontinentales y distintos reconocimientos como la Medalla al Mérito Deportivo avalan la trayectoria deportiva del ala-pívot madrileño, que durante años ejerció de capitán en un Real Madrid que reinó en continente europeo.

14. ‘Aquellos maravillosos años’, por Vicente Ramos

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FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE VICENTE RAMOS CECILIO ©

“Esta foto corresponde a la temporada 1976-77, y fue tomada en Castelldefels. El club nos había llevado a un hotel playero que tenía una pista de patinaje y que estaba lleno de jovencitas patinadoras que estaban concentradas allí, paseando por sus instalaciones en mallas y ropa ligera. Salimos a la playa para dar un paseo y organizamos las torres humanas propias de todo equipo que se precie. Más que un equipo éramos una “troupe” que viajaba constantemente con la alegría de una juventud invertida en los valores que nos inculcaron; deporte y estudio.  En la foto se nos ve a John Coughran y Rafa Rullán como porteadores base, a Luis María Prada como porteador medio y a Juan Corbalán y a mi como “volantines”. ¡La bajada fue de aterrizaje forzoso en la arena! Al volver para comer, nos enteramos de que nos cambiaban de hotel para evitar las “malas compañías”. Atención a la moda de la época, pantalones anchos por la boca, conocidos como bajos campana, camisas estampadas y los eternos vaqueros de denim y pana».

Vicente Ramos jugó diez temporadas dirigiendo el juego del Real Madrid, desde la 1968/69 a la 1977/78. Como jugador destacó por su facultades físicas y por su inteligencia en el control del juego. En su trayectoria en el club blanco conquistó nueve Ligas y dos Copas de Europa entre otros muchos títulos. Una imagen suya capturando un balón perdido ha sido calificada unánimemente como una de las instantáneas más bellas de la historia del deporte.

15. ‘La primera vez’, por Quique Villalobos 

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 FOTO: ARCHIVO PERSONAL DE ENRIQUE VILLALOBOS BRASSART ©

«Esta foto, que pertenece a mi álbum personal y hago pública por primera vez, es mi imagen favorita a nivel deportivo, la que guardo con más cariño. Se trata del primer mate que hice. Tenía 16 años y la acción tuvo lugar durante el recreo, en una canasta del patio del Instituto Cardenal Herrera Oria, en el  año 1981. Por aquel entonces yo medía 1,84m. Ése mismo año empecé a jugar al baloncesto en el Canoe. Al machacar el aro, sentí por primera vez que en mis piernas había algo que los demás no tenían. Ah, y por si a alguien se ocurre dudar,  la canasta estaba a 3,05m., la altura reglamentaria…»

Quique Villalobos disputó 10 temporadas en la ACB, 4 de ellas en el Real Madrid, club con el que consiguió ganar una Copa del Rey y una Recopa de Europa en la temporada 1988-89, entre otros títulos. Con el Cholet Basket francés, Villalobos conquistó la Copa de Francia en la campaña 1998-99. Con un físico privilegiado, fruto de la práctica del atletismo, el alero madrileño, internacional absoluto en ocho ocasiones, aportó grandes dosis de espectacularidad al baloncesto español en un momento en el que no existían grandes matadores como él. 

 

 

 

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