Veinticinco años después de su fallecimiento, cuatro compañeros de Fernando Martín, Juan Antonio Corbalán, Quique Villalobos, Johnny Rogers y José Luis Llorente, jugadores esenciales en la primera plantilla del Real Madrid de Baloncesto y de la Selección Española en la década de los 80, opinan sobre el impacto que el ‘10’ blanco tuvo en el baloncesto de la época, de su breve periplo en la NBA y analizan aquellas características dentro y fuera del campo que hicieron de él una figura que trascendió el ámbito baloncestístico en nuestro país.
– Han pasado 25 años desde la desaparición de Fernando Martín, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza al recordar su figura?
Juan Corbalán: Me recuerda una parte de nuestra historia más reciente a pesar de que hayan pasado 25 años. Fernando estaba llamado a ser un peldaño fundamental en la transmisión del espíritu de aquel Real Madrid al resto de las generaciones.
Quique Villalobos: Su liderazgo, determinación y carisma.
Johnny Rogers: Fuerza y corazón.
José Luis Llorente: No se me viene nada en concreto porque recuerdo muchas veces a Fernando. La fecha para mí no tiene ningún significado especial
– Trabajador, maduro, luchador, perfeccionista… Se han usado muchos adjetivos para hablar de Fernando Martín como jugador. ¿Cómo le definirías tú?
JC: Valiente. Sería la palabra que mejor le podía definir como jugador.
QV: Como un perseguidor de retos.
JR: Un ganador nato. Súper intenso en la cancha.
JLL: Un pionero.
– ¿Por qué tenía tanto carisma?
JC: Fernando tenía un punto entrañable, alguien que necesitaba querer y ser querido. Detrás de esa apariencia rocosa había un alma muy sensible que enseguida puso al servicio de sus compañeros.
QV: El carisma se tiene, no se entrena. Nació con ello y además en una época en la que el baloncesto se puso de moda. Era el reflejo de los que muchos querían llegar a ser.
JR: Porque era capaz de transmitirnos todo lo que tenía dentro.
JLL: El carisma es difícil de explicar a veces. Pero creo que Fernando daba la impresión de que no tenía miedo a nada ni a nadie.
– ¿Cómo era como compañero fuera de la cancha?
JC: Era introvertido, con un mundo interior inexplorado y era una persona dispuesta a casi todo. En él había una especie de afecto contenido, no quería demostrar nada que fuera evidente pero en el fondo estaba como pidiendo que tú le arrancaras esos sentimientos.
QV: En la intimidad veíamos al verdadero Fernando. Un tipo normal.
JR: Un caballero. Muy generoso y con un corazón enorme. Muy inteligente.
JLL: Simpático, alegre. A ratos, los menos, serio. Un poco reservado, pero muy buen compañero.
– Ahora que no parece algo tan especial, ¿qué significó para ti su marcha a la NBA cuando era territorio vedado para los europeos? ¿Crees que pudo haberlo hecho mejor?
JC: Creo que era demasiado pequeño para jugar de ‘cinco’, que era su puesto natural, en la NBA. Era algo limitado técnicamente para poder jugar por fuera y eso le impidió triunfar. Yo sinceramente creo que la NBA le perjudicó porque le descoloco un poco de esa posición natural en Europa de ser un ‘cinco’ pequeño pero valiente que sabía moverse dentro como pocos.
QV: Su marcha a la NBA fue algo histórico, aquello estaba solo al alcance de los elegidos. Podría haberlo hecho mejor si le hubiesen dado tiempo pero la NBA de aquella época no tenía la misma mentalidad que la de ahora.
JR: Realmente no tuvo la oportunidad de jugar en su posición natural. ¡Le hicieron jugar de tres! Yo le defendí en partidos de aquella pretemporada y querían que jugara por fuera.
JLL: Seguro que sí: Fernando era mucho mejor que otros jugadores que conocimos que tuvieron una buena carrera en la NBA. Pero no tuvo suerte con el equipo ni con el entrenador.
– ¿Qué papel jugó Fernando Martín en un momento clave para la evolución del baloncesto español?
JC: Fernando marcó el punto de rotura de un equipo que hasta el año 1981 había recibido una herencia sólida, que había sido dominador pero que había empezado a cambiar con jugadores como Wayne Brabender que ya estaba en sus últimos años. Con su llegada se puso en marcha una manera de jugar al baloncesto diferente respecto a lo que se había hecho anteriormente.
QV: Fue un referente. Por fin el baloncesto español encontró en Fernando el jugador que le permitió competir físicamente en la zona con las grandes potencias del momento y eso aupó a nuestro baloncesto a un nivel al que nunca antes había podido acceder.
JR: Un papel fundamental. Era el mejor de los mejores. Imposible no respetarle. En la pista luchaba más que ninguno.
JLL: Fue clave en el despegue del baloncesto español. Con él y con Romay teníamos la fuerza debajo de los aros para plantar cara a cualquiera.