Objetivo cumplido. Veteranos del Real Madrid y Estudiantes, junto a un amplio elenco de actores, llenaron este domingo el madrileño Polideportivo Magariños hasta la bandera con motivo de la celebración del partido solidario organizado por la asociación Stop Sanfilippo, una entidad que promueve la investigación del Síndrome de Sanfilippo. El choque concluyó con victoria de los del Ramiro de Maeztu (72-74), tras cuatro igualados cuartos en los que ambos equipos hicieron recordar a los aficionados históricos duelos del derby madrileño. El importe recaudado con la venta de entradas y programas de patrocinio ha sido destinado en su totalidad al fomento de la investigación de esta enfermedad.
Con el clásico “no hay entradas”. Así de rotundo fue el éxito de esta iniciativa solidaria desarrollada en el parqué del emblemático Magariños de la calle Serrano. Los asistentes tuvieron ante sus ojos dos plantillas de lujo, formadas por ex jugadores pertenecientes a distintas generaciones de blancos y colegiales. Desde Rafa Rullán, Fernando Romay, Juan Antonio Corbalán, José Miguel Antúnez, Mikhail Mikhailov, Juanma López Iturriaga, ‘Chechu’ Biriukov, o Joe Arlauckas, entre otras muchas Leyendas Blancas, hasta los hermanos Gonzalo y Pablo Martínez-Arroyo, Mike Hansen, Pedro Rodríguez, Juan Aisa o César Arranz, entre los destacados por el lado estudiantil, los aficionados al baloncesto pudieron deleitarse de nuevo con el juego de muchos de estos ex jugadores, cuyas actuaciones dieron forma al deporte de la canasta en la capital durante décadas.
Pero los protagonistas no sólo fueron las figuras de la canasta. Actores como Alex O’dogherty, Rafa Reaño, Javier Veiga, Cristóbal Suárez o Sergio Mur, entre otros muchos, formaron parte de los dos equipos, demostrando grandes habilidades baloncestísticas. Además, entre cuarto y cuarto se llevaron a cabo numerosas actividades como música en vivo, bailes y actuaciones.
El partido transcurrió siempre con enorme igualdad. En los instantes finales, Estudiantes, más equilibrado en sus acciones ofensivas, logró una renta de dos puntos que los de Concha Espina no consiguieron remontar a pesar de tener dos posesiones para darle la vuelta al marcador. Al final, victoria del (72-74) en un encuentro en el que lo menos importante era el resultado final.
Fue, en resumen, una fiesta por una buena causa: apoyar la incansable labor de la asociación sin ánimo de lucro Stop Sanfilippo en su lucha por fomentar la investigación y cura de una enfermedad que en España afecta a 40 niños y que ataca al sistema nervioso central, causando hiperactividad, agresividad, demencia, y finalmente la muerte prematura durante la adolescencia.